Muchos ya conocéis mi predilección por la cocina fresca y ligera, pero como amante de todo lo que está rico, de vez en cuando me gusta darme un baño de colesterol y zamparme unos huevos fritos (con su puntillita refritita) con chorizo y patatas fritas. Y es que este plato tan simple y barato, si está bien hecho, puede ser el mejor de los manjares.
Hoy quiero hablaros del lugar perfecto para darse este homenaje, un bar de la calle Feria llamado Sacramento.
Aunque los huevos fritos son uno de los platos estrella de la carta (los hacen en el perol a la forma tradicional, y con patatas de verdad, nada de congelados), Sacramento es un éxito absoluto de público por varias razones más.
La fundamental, es su concepto de ofrecer una cocina básica y tradicional perfectamente ejecutada. Y es que con tanto gastrobar, se nos está olvidando el placer de tomarse un buen tomate aliñado como el que ponen en Sacramento, de los Palacios y con todo el sabor del mundo, qué delicia.
Las carnes son otro de sus fuertes, hechas a la brasa de piedra volcánica: solomillo, presa, churrasco, secreto… y si las acompañas con unos pimientos fritos, placer absoluto.
Lo curioso es que Sacramento no es un bar tradicional de los de toda la vida, muy al contrario, está regentado por gente joven, tiene una decoración absolutamente kitsch que rinde culto a Raphael y a la iconografía de los 70: portadas de revistas de la época, imágenes de Torremolinos, posters de películas de Esteso… Y para rematar, es el sitio al que acude toda la modernez sevillana.
Así que ya sabes, si quieres salir a comer algo rico sin complicaciones y que te haga recordar los sabores de tu infancia, Sacramento es el sitio.
En DolceCity Sevilla: Sacramento