Se trata de un microtostador artesanal de café, lo de micro porque en su mínimo tuestan su propio café, que traen de diferentes variedades y procedencias, lo muelen y lo preparan. Todo mediante un proceso totalmente natural. Puedes tomarlo allí (en unos vasos de carton super chulos), o comprar a granel para llevar.
Como yo no soy de café, pero mis acompañantes sí, me contaron que estaban tan buenos que echarles leche o azúcar era un pecado mortal, y es que parece ser que el sabor es muy especial.
Los dueños seleccionan los granos que traen de Panamá, Brasil, Kenia, Etiopía, Colombia… y son auténticos especialistas en el arte del café. Lo mejor es dejarte aconsejar por ellos a la hora de elegir una variedad, ya que lo saben todo, incluso te comentan cómo prepararlo en casa para obtener todo su aroma y su sabor.
Por si todo esto fuera poco, el local es muy bonito, con una decoración muy al estilo del soho sevillano, y la zona es perfecta para pasear mientras te tomas tu café en el vaso molón. Ah! Y encima a veces tienen pastelitos caseros para acompañarlo. Vamos, que no le falta detalle.
A mí me encanta la idea de este negocio tan original, y seguro que los amantes del buen café agradecerán la aparición de este local, que pone en valor la calidad de un producto, que aunque cotidiano, no siempre es bien tratado.
En DolceCity Sevilla: Virgin Coffee
