
Para quienes aun no la hayáis descubierto os hablaré un poco de ella. Tiger, es una cadena de tiendas nacida en Dinamarca que viene a ser como un Ikea de chorradas varias. No me malinterpretéis, con chorradas me refiero artículos de cocina, objetos de decoración, papelería, menaje, cosas para fiestas, regalos… y todo con un característico diseño escandinavo que a mí me chifla, un poco retro, un pelín cursi, y muy alegre.
Pero lo que de verdad te hace engancharte a Tiger, son sus precios, porque todo es muy baratito, o al menos, te lo presentan de una forma que hace que todo te parezca una ganga.

Tienen por ejemplo una sección de cosmética con productos con sales del Mar Muerto y sin parabenes ni colorantes que es una pasada y con unos precios imposibles de ver en cualquier otra tienda.
La sección de alimentación también es para volverse loco, no apta para golosos como yo. Galletas holandesas, pastas, crackers, tés… No hay vez que vaya a Tiger y no pique en esta sección.

Y para quienes adoramos los cacharros bonitos de cocina, ya ni os cuento. No sabéis el éxito que tienen mis vasos, mis jarritas y mis ensaladeras traídas de mis excursiones a Tiger.
Os aconsejo que al entrar, cojáis una cesta y no hagáis como esas veces que yo he dicho “bah, para una cosita que voy coger…”, porque al final acabaréis saliendo a por la cesta. Creedme.
En DolceCity Sevilla: Tiger |