Por eso me ha parecido genial la idea del nuevo restaurante Burguett, que abrió sus puertas en el centro de Sevilla hace solo unos días. ¿Qué cual es la idea? Pues nada más y nada menos que ofrecer hamburguesas realizadas con una materia prima de primera en un local con un bonito y cuidado diseño y un ambiente de lo más agradable.

En su carta encontrarás diferentes variedades de hamburguesas, desde las clásicas con queso o bacon a las más “gourmet” como la hamburguesa trufada (con hongos y aceite de trufa) o la Donostiarra con queso idiazábal.
Todas vienen acompañadas de unas crujientes patatas fritas y colocadas en unos bonitos platos blancos de diseño para aportar el toque chic.

Además de hamburguesas puedes encontrar algunos entrantes propios de un gastrobar como las piruletas de pollo con salsa teriyaky y costra de sésamo o los raviolis de jamón ibérico. Los postres tampoco tienen desperdicio: el clásico brownie de chocolate con crema de vainilla o el yogurt casero con muesli y confitura de temporada harán que te chupes los dedos.
Un restaurante como este hace que salir a comer hamburguesas ya no sea sólo cosa de quinceañeros, ahora puedes ir con tu pareja, amigos o familia a disfrutar de una hamburguesa de primera a un restaurante coqueto y la mar de mono.

Así que si tú también eres de los que se pirran por el pan con sésamo, las patatas fritas crujientes y el kétchup, ya puedes disfrutar de ello sin colas, bandejas de plástico y cumpleaños infantiles al lado.
En DolceCity Sevilla: Burguett