Recuerdo mirar con asombro como en Buenos Aires todos los cines proyectan todas las películas en versión original. Al comentar que en España lo normal es verlas dobladas, allí no lo podían creer. “Pero, cómo ¿si yo voy al cine a ver una película de Al Pacino, no escucho la voz de Al Pacino??? Pues no”.

Al menos en Sevilla tenemos la opción de oír la voz y la interpretación real de los actores en el Avenida, un cine antiguo y medio descuidado pero que tiene el encanto de oler como los cines antiguos, esos tan bonitos que había antes de la aparición de los multicines, el encanto de hacerte sentir que ir al cine es todo un ritual, una ocasión especial, desde que compras la entrada en su taquilla exterior hasta que coges la hoja de sala, esa fotocopia en blanco y negro con la sinopsis y algunos cometarios del director del film.
Si esto fuera poco, el Avenida es el único cine de la ciudad en el que pueden verse algunos de los mejores títulos del cine europeo, que raramente se estrenan en los demás. El cine francés, italiano, alemán, inglés o tailandés convive con algunas de las superproducciones del cine más comercial americano.

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