Primer problema, no me gustan esos spas llenos de gente en los que te metes en una piscina redonda abarrotada mientras te arrugas como un garbanzo en remojo. Eso no es relajación, eso es un horror.

Lo que busco es tranquilidad e intimidad, no quiero voces altas, ni familias chapoteando como si estuvieran en el Guadalpark. Por eso creo que uno de los mejores en este sentido es el del hotel Meliá, el Sevilla Spa.
El azul del agua de sus piscinas se refleja en medio de una luz tenue que te proporciona una gran sensación de tranquilidad y serenidad, como si estuvieran en una burbuja apartada de los problemas de trabajo y del mundanal ruido.

Además de los tratamientos habituales de belleza,Sevilla Spa te ofrece modernas terapias como el masaje acuático, uno de los mayores placeres del universo.
Se trata de cuatro modalidades de masaje según la zona a tratar. También se conocen como “aquataichi” y se realizan mientras flotas en el agua. Puedes optar entre la modalidad relajación, stretching, facial o podal.

Cuando termites tu circuito y los tratamientos que hayas elegido, puedes pasar a la zona de tumbonas en las que podrás tumbarte y cerrar los ojos para terminar con tu relajación. Su ambiente cálido y su luz baja propician este efecto.
Si además de relajarte has optado por algún tratamiento de belleza, como las sesiones de autobronceador con azúcar de caña, además de relejada y desestresada , saldrás igual de guapa que después de unas vacaciones.
En DolceCity Sevilla: Sevilla Spa