
Nada más entrar, uno ya se siente como trasladado al bonito país, su decoración, su ambiente y sus olores nos hacen viajar con la imaginación y no, no es uno de esos sitios con decoración de cartón piedra y posters del David de Miguel Ángel, es un lugar familiar, acogedor y auténtico.
Lo que más me gusta de este restaurante es sin duda lo que para mí es la estrella de la carta: “El antipasto Pane e Vino”, una gran bandeja redonda repleta de todos los maravillosos ingredientes del antipasto italiano: una selección de quesos italianos, entre ellos el pecorino, un queso salado muy raro de encontrar en España o el escamorza, un delicioso queso ahumado.

Y para completar el plato, unas deliciosas brischetas de tomate y aceite de oliva, con paté toscano (de híagado de pollo) o con champiñones. Unas aceitunas negras, un poco de pan de pizza y manos a la obra.

Bien, sólo por este delicioso entrante que te llevará en cuestión de segundos a la Toscana, merece la pena visitar el Pane e Vino. Sus ríquisimas pizzas a la piedra, su pasta fresca artesanal, sus vinos o sus deliciosos postres son meramente cuestiones accesorias.
En DolceCity Sevilla: Pane e Vino