Los mercados de abastos se han convertido últimamente en mecas de los foodies. Pero aún hay algunos que se resisten a perder su esencia de mercadillo de toda la vida.

Comprar productos de calidad a su justo precio es el objetivo de toda ama de casa que se precie. Si además lo hacemos en un ambiente amable y acogedor, perfecto.

Los niños de hoy son los ciudadanos de mañana, por lo que cuanto antes entiendan que este mundo es para cuidarlo, mejor que mejor. Empecemos ya a crear conciencias verdes.

Como no podía ser de otra manera con ese nombre, los hojaldres de este lugar son para repetir una y otra vez. Uno de esos sitios a donde siempre vienes a comer lo mismo.

Un italiano que tiene todo lo que debe tener un italiano: producto, sabor, buen punto, ambiente, olores tradicionales... Toda la variedad de platos de Italia.

Venir a cenar y terminar "alegres" y cantando a voz en grito las canciones más pegadizas que recuerdes. Suena mejor que bien. Y es posible hacerlo con cierto glamour.

Los tacos le gustan a todo el mundo. Es un hecho. Puede gustarte más con tal o cual relleno, pero siempre hay algún tipo que gusta. Por eso siempre triunfan.

Una ludoteca es un planazo para los niños, porque juegan y aprenden, pero también para los padres, que desconectan y viven su vida. Hay opciones para todos los gustos.

Con un nombre tan original, el local tenía que estar a su altura. Y también la carta, claro. Eso sí, los precios son algo elevados comparados con locales de la zona.

No es tan fácil encontrar obras de teatro adaptados a los más pequeños, pero merece la pena hacer un esfuerzo de búsqueda para que se inicien en este bello arte.

Uno de esos locales especializados en celebraciones informales, tipo coctail, con mucho espacio, buena cocina y trato amable. Poco más se puede pedir.

Copas, cervezas y vinos en torno a un micro que se va pasando de boca en boca. Suena divertido, y lo es. Eso sí, no apto para gente tímida o sin ganas de pasarlo bien.