Si algo tiene de malo Chamberí es que muchas calles son tan estrechas que apenas permiten terraza a los bares, o directamente no les permiten ni una mesa en la vía pública. Aquí solucionan el problema con ingenio: han abierto completamente sus dos fachadas a la calle y han hecho en lo que era la pared unas pequeñas barras con taburetes altos. Eso hace que puedas sentarte en la calle pero estar prácticamente dentro del local. Ya sólo por esta genial idea merecen una visita.
Pero también lo merecen por su concepto de local limpio, moderno y sin pretensiones. Tiene dos ambientes diferenciados, por un lado la barra y por otro las mesas. La barra está más pensada para tomar una cerveza rápida de fin de semana o para el afterwork, imprescindible en una zona tan cercana a Nuevos Ministerios y la Castellana, epicentros laborales de Madrid.
La segunda zona es el restaurante típico, con sus mesas y sus sillas bajas. Aquí sobre todo se viene a degustar la carne a la brasa que hacen en el momento y siempre en su punto. Por eso se llama urban grill, que viene a ser como una barbacoa de toda la vida pero con un toque desenfadado, rápido, sin perder por eso ni un ápice de calidad.
Para qué engañarnos, su carta de bebidas es mejor que la de comidas, pero tampoco estamos en un lugar al que se vengan a probar cosas nuevas, ni pensado para venir a diario en plan menú del día. Es un lugar apetecible, tranquilo y con calidad-precio muy buena para la zona. Sin más.
En DolceCity Madrid: Labrass