Soy más de cocina tradicional que de moderneces, no porque tenga nada en contra de lo último de lo último, sino porque muchos restaurantes de nueva cocina son de todo menos ricos y ajustados en calidad-precio. Que te tongan, vamos. Por lo visto no es el caso.
Este nuevo novísimo restaurante en una zona no tan llena de restaurantes como otras promete la cocina de toda la vida pero reinventada no sólo en las recetas sino también en las presentaciones y los sabores. Yo apuesto a que dentro de nada tienen cola.
Y no sólo porque su carta es variada y dinámica, prometen cambiarla constantemente para que se convierta en un sitio donde poder ir una y otra vez, sino también por su ambientación. Es rollo club privado, y de hecho tiene la idea de lanzar una especie de club de amigos del restaurante. La idea de hacer de la experiencia culinaria algo que vaya más allá, de crear una comunidad que siga compartiendo cosas una vez que te levanrtas de la mesa mola, y mucho.
Pero volviendo a la ambientación, ese rollo tenebroso, con mucha madera y luces amarillentas hacen que comas a gusto, siempre funciona porque crea una atmósfera de tranquilidad. De ahí a comer a oscuras sólo hay un paso, esperemos que no lo sobrepasen...
Una vez sentados, comprobaremos que no es para nada caro, con muchos platos por debajo de 20 euros que en otros sitios pasan de 30 tranquilamente. La selección de bebida es más que suficiente y hay de todo tanto para comer como para cenar, tanto fuerte como ligero.
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