
Y lo que estarán comiendo dentro estará bueno seguro, que es lo que importa. Se trata de un local que hace suyo ese lema tan de moda últimamente de tradicional en el producto e innovador en la cocina. Básicamente es comida de la de siempre: pescados, carnes verduras de temporada, mucho pan con cosas, salsas varias... pero con toques nuevos. Por ejemplo es singular el uso que hacen de mil y una especias que le dan a platos que parece que conocemos de toda la vida un toque diferente, nuevo en nuestra boca.

Pero antes de probar eso habremos seguramente bajado al piso de abajo, lo primero que ya llama la atención es que sean dos pisos unidos por una escalera que va dejando ver los productos que se almacenan en sus estanterías. La decoración es minimalista, con un toque vintage y muy luminosa, como queriendo que se vea muy bien lo que hay en el plato.
No es un lugar barato, pero el precio no será un impedimento tampoco, razonable dentro de un barrio que tiene mucho de cool y por lo tanto de caro. Además tiene cosas diferentes que suelen subir los precios, como algún plato de tipo oriental y una carta de vinos que puede subir mucho la cuenta.
No es un sitio para tomar una copa luego, no es que apetezca realmente porque no parece pensado para eso, pero no es ningún problema en un lugar llenito de sitos donde tomarla.
En DolceCity Madrid: Bazaar