
Lo primero que se puede hacer es desayunar, o merendar, o tomar algo entre horas, sobre todo dulce. Te puedes tomar una muffin (es decir, una magdalena pero guay), tomar un té o un café, un trozo de tarta... cosas así. Puedes llevártelo para comerlo por el camino hacia a algún sitio o directamente comerlo allí mismo, pues tiene un lugar reservado para ello, por lo tanto lo primero que es, es un bar.

Pero como ves estarás rodeado por libros, muchos libros, que también podrás leer allí mismo con tu café o comprarlo para llevártelo a casa, o para un regalo. No son libros cualquiera, son de inquietudes, de nuevos autores, muy moderno todo. Objetos de decoración, música, utensilios extraños... de todo hay.
Y por último, además de cosas de decoración, hay decoración que no se vende, sino que se expone. Es una de esas pequeñas galerías que de ver en cuando descubren a verdaderos artistazos. Siempre sin salirse de su afán por ser moderno, actual, vanguardista, puedes encontrarte cualquier cosa ahí dentro. Y además este último apunte hace que La Fiambrera sea un sitio al que volver una y otra vez, pues cada vez que vayas será diferente, no sólo porque haya nuevos libros o decoración que llevarte a casa, sino porque habrá una muestra de arte diferente a la anterior vez.
Como curiosidad, cierran al mediodía (salvo los sábados), una rareza ya para un establecimiento situado en la muy comercial y turística zona centro de Madrid. Lo dicho: esta gente va muy a contracorriente, y por eso molan.
En DolceCity Madrid: La Fiambrera