
Hay que decir que cierto impuesto de famoseo cobra, la verdad, porque por menos de 25 euros es difícil salir comido, y por ejemplo las cervezas rondan los 3 euros. Pero tampoco es prohibitivo, y ofrece gran producto y muy buena elaboración. Suele llenarse, por lo que han puesto dos turnos de cenas (al menos en fin de semana). El primero termina a las 11 y el segundo hasta que cierren... O sea que el segundo crea más hambre pero da pie para tomarse unas copas en el mismo local. El ambiente casi obliga a ello llegada una hora.

Si vas a la hora de comer te encontrarás con platos de cuchara muy elaborados y contundentes, mientras que si vas a cenar lo mejor será que pruebes el tapeo. El aire vintage del sitio deja claro que aquí se viene a comer comida tradicional, y sobre todo del Sur, dado que el chef es gaditano y presume de ello. Las croquetas por ejemplo son obligadas. Y también tiene una cuidada bodega, así que puede ser un buen día para preguntar por un vino que maride bien con tal o cual cosa.

Hay quien dice que también es fusión, porque introduce algún ingrediente o forma de cocinar mexicana o africana. Yo la verdad es que me quedo con lo de toda la vida... Lo que es seguro es que habrá fiesta, incluso risas y voces altas entre los comensales e incluso el servicio. Buen rollito. Tiene terraza, una amplísima barra y sillas altas y bajas, así que da igual qué plan tengas, seguro que se adapta.
En DolceCity Madrid: Bache