
El Trajín tiene, sobre todo, vinos de todos los tipos, sabores y aromas. Tienen un vino del día, una especiede recomendación del sumiller, siempre bueno y a gran precio. Pero además tienen gente que sabe de vino, así que déjate aconsejar. Si quieres cerveza, también varios tipos, y como no podía ser de otra manera en un sitio de nivel, siempre bien tirada.

Además tienen tapas hechas al momento y tan buenas de carnes como de pescados. Las conservas a mí personalmente es lo que más me convenció, pero todo parecía ser un valor seguro. Además con cada consumición te ponen una tapita muy generosa para ser gratis.

Quizá lo que menos gusta es su poco espacio y los pocos sitios para sentarse, por lo que aquí se viene a estar de pie y luego ir a otro bar cercano. De hecho las mesitas altas son probablemente las más pequeñas que he visto en la vida. Otra buena noticia es la falta de ruido y/o música no apetecible, es un sitio para estar tranquilo, con mucha luz y camareros atentos. La decoración invita al relax y a la conversación, no a una despedida de soltero, para que nos entendamos. En definitiva, un sitio para quedar bien con amigos o para llevar a esa visita a la que no la puedes llevar a un sitio cutre. Y el precio es tan competitivo como suele ser en esa zona.
En DolceCity Madrid: El Trajín