
“Bueno, y qué tiene de especial esta panadería y/o pastelería”… pues déjame que te conteste, que a lo mejor te dejo a cuadros. Su obrador es una cosa maravillosa que pone en las mesas del local algunos de los productos de pastelería y panadería más ricos que he probado en mucho tiempo. Es un horno de leña que no deja de hornear durante todo el día.

El olor a pan recién hecho cuando entras en Miga Bakery me recuerda a la cabaña que tenía mi abuela en la que cada noche jugábamos a guerra de almohadas con mis primos Tim y Bob… venga, vale, esa no es mi infancia, es la de la página 78 de un imitador de Mark Twain; pero ese olor evoca a una gran novela americana, a un ambiente peliculero de pan de hogaza, lumbres y buenas viandas. A comida de siempre, que alimenta, que llena el cuerpo y el alma. Ahora que empieza el calorcito y que el rollo cabaña pega menos, puedo merendar en su terracita. ¿El qué? Atento: una caracola de chocolate o cualquier otra cosa de su gran variedad de bollos, un café bien cargadito; o un montón de panes raros: que si con pipas, integrales, pasas, nueces, sésamo y así siguiendo.

Mi sugerencia es que apostéis por su delicioso pan payés, está tremendo y SABE A PUEBLO, tal cual. Te aseguro que si tienes una bajada de azúcar con una de sus palmeras de chocolate o en su defecto glaseadas te repondrás como un campeón. Y si quieres algo más frugal, unos buñuelitos de santo rellenos o sin rellenar, a gusto del consumidor. Podría enumerar las mil y una variedades que puedes encontrar en este edén del buen gusto, pero lo mejor es que lo com-pruebes por ti mismo.
Fotos: Miga Bakery
En DolceCity Madrid: Miga Bakery