El Café Gaspar es una cafetería muy elegante, con lámparas chulas que cuelgan del techo, paredes muy bien decoradas y un servicio atento y majísimo por parte del mismo Gaspar en persona. Apenas he cruzado dos palabras con él, pero me parece un tipo que merece mucho la pena. Como su cafetería: bonita, reposada, llena de clase. Pasa de moderneces y se dedica una cosa que mucha gente ha olvidado en este negocio: servir buenos cafés en buena compañía.
Mi café con leche estaba niquelado, la textura suavecita; aunque el café (que no pregunté cuál era) podría usar para bien un poquito más de personalidad. Pero la mezcla, perfecta. Dos elementos ligados a la perfección, sin espuma inútil (esa espuma-que-no-es-espuma de tantos cafés con leche), ni briznas de nata, ni la leche ardiendo, ni el vasito de caña… Un buen café con leche. Creedme, no es tan fácil.
De Café Gaspar me sorprendió además su interesante selección musical (que a las cuatro de la tarde de un día cualquiera te pongan algo así demuestra que Gaspar le pone cuidado a todos los detalles), saber que a veces celebran conciertos; y descubrir que tienen una gran carta de cervezas por si te quieres acercar a tomarte la primera. Un sitio muy recomendable en Malasaña.
En DolceCity Madrid: Café Gaspar
