
Casa “Graná” debe su fama fundamentalmente a que está en las alturas, concretamente en un sexto con ascensor, algo antiguo, sí, pero que sigue subiendo y bajando a un ritmo aceptable. Es importante darle al botoncito correcto (no se pasa bien si le das al quinto, sé de lo que hablo). Si ya conocíais el sitio pero hace tiempo que no vais a lo mejor os interesa acercaros para ver cómo lo han dejado tras la reforma: todo sigue igual pero diferente, como en las series de la tele. Han cambiado la distribución, la terraza ahora es más amplia y esto solo puede ser motivo de celebración ya que ofrece unas vistas espectaculares de Madrid. Tienen mesas bajas y altas con estilo modernito y el suelo es ideal para evitar que se encharque si llueve. Están en todo.

Pero vamos al negocio: las vistas tremendas, ¿y la comida para degustar ante esa maravillosa panorámica? Pues bastante cambiada, precios incluidos. Antes era más de tapeo, fritos y mucha cervecita; ahora Casa Granada es más cool, con camareros vestidos de negro, platos más elaborados y el precio… pues más elevado, es lo que tiene ponerse formales. Si decides quedarte en el comedor interior te ahorraras dos euritos por plato, que no está nada mal, pero si lo que quieres es disfrutar de las vistas de Madrid, prepara la chequera.

Yo probé la ensalada de la casa y la verdad es que me sorprendió. Era una mezcla de ensalada mixta con macedonia de frutas, sana, sana, culito de rana. Pero mi apetito demandaba más, así que le metí una buena carne en escabeche que tenía laurel y pimienta por los cuatro costados. El sabor era bueno, pero demasiado especiado para mi gusto (este plato a Jamie Oliver le habría encantado, sin duda).

Mi consejo, si es lo aceptáis, es que vayáis a tomar algo, una tapita, unas cañitas y un buen goce de esa tremenda terraza, uno de esos lugares de la ciudad que te hace entender el dicho “de Madrid al cielo”. Aunque sea pasando por Granada.
En DolceCity Madrid: Casa Granada