
Es famosa por sus tremendos Roscones de Reyes (la pastelería suele aparecer cada año en las listas de mejores sitios de la capital para pillar un buen roscón), pero por muchas más cosas. Como su amplísima carta de productos (mayormente dulces pero también salados), su excelente servicio al cliente y su trayectoria, puesto que Cala-Millor no es precisamente una recién llegada. Esta pastelería nació en 1978 y ya se ha convertido en uno de los referentes madrileños en cuanto a dulces se refiere. Además de sus recomendadísimos roscones, son famosas sus ensaimadas mallorquinas y sus productos de panadería artesana que no contienen aditivos ni conservantes: brioches, plum-cakes, bizcochos, croissants, napolitanas, palmeras, etc.

Entre su selección de cafés, podréis encontrar algunos de Colombia… que no sé yo si sería uno de allí el que nos pusieron a mi novia y a mí, pero doy fe de que es uno de los más ricos que me he tomado últimamente (ojo, que lo de poner un café con leche en condiciones no es tan fácil como parece). Además, venía acompañado por una pastita de té deliciosa, detalle que siempre se agradece.

Tienen turrones, polvorones y anguilas en Navidad; y otros postres típicos de fiestas como los panellets en otoño; las torrijas, monas de pascua y rosquillas de santo en primavera; y las cocas de San Juan en verano. Tipos de tartas tienen para aburrir: de San Marcos, de almendra, de chocolate y nata, chocolate y trufa, Sacher, de manzana, de yema y nueces, de nata y fresones…
Otro de los puntos fuertes de Cala-Millor son sus bombones, con hasta 20 variedades que van desde los de licor de toda la vida hasta los más complicados de chocolate blanco rellenos de cava (por si no habéis tomado el suficiente estas navidades… tanto chocolate como cava). Y ojo, que también trabajan los salados: chapatitas, sándwiches, agujas de ternera, medianoches, quiche lorraines, empanadillas, canapés, etc.
En DolceCity Madrid: Pastelería Cala-Millor