
La Plaza de los Cubos tiene otra denominación oficial, una que sospecho que pocos madrileños conocen, “Plaza de Emilio Jiménez Millas” (militante de la Falange), pero si todo el mundo la conoce como la de los cubos es por ese monumento abstracto obra de Gustavo Torner de la Fuente (famoso artista de la escuela conquense que dio los primeros pasos en España para reproducir las nuevas tendencias del arte moderno). Esta construcción que suma un cubo tras otro es claramente deudora de estas nuevas corrientes, que proponen nuevos elementos como base de las obras: piel sintética, nylon, plástico, metal y madera en lugar del lienzo de toda la vida.

Esta alocada, o eso parece, suma de dados de metal nació en 1972 cuando los dueños de los edificios que rodeaban la plaza quisieron darle un aire de modernidad al lugar. El conjunto de cubos de Gustavo Torner lleva el nombre “Reflexiones”.

Lamentablemente, un suceso muy desagradable ocurrió aquí: el asesinato de la inmigrante dominicana Lucrecia Pérez, uno de los primeros asesinatos racistas de España.
En DolceCity Madrid: Plaza de los cubos