
Aquí es todo muy blanquito (su mobiliario me recordó mucho al de Harina), con mostradores exponiendo bien a las claras su poderío (panes, croissants, bollos varios), y con un indisimulable espíritu de “acabo de abrir mis puertas, a ver si te gusto” muy de agradecer. Yo fui a tomar un café bien cargadito de cafeína en taza guay con el que entrar en calor, pero debí haberme lanzado a su carta de productos, porque tienen de todo.

Panes artesanos, foccacias con jamón, queso, tomate y salsa tapenade; hummus, cocas, ensaladas (césar, de queso de cabra, romana, de lentejas –una que, curiosamente, se trabaja más fuera de España que en nuestro propio país-), etc. Merece la pena hacer una paradita en sus bocadillos y tostas, puesto que tienen una gran variedad y llevan el pan de la casa en el que tanto ponen el acento: pan de calidad, hecho con masa madre y sin aditivos.

Los bocadillos son: vegetal de atún, de tortilla, toscano (pan de semillas con queso mozzarella y salsa pesto –“un poquito de salsa”, precisan-), de pollo (con queso tierno, mezcla de lechugas y otro poquito de mostaza dulce), de jamón ibérico; y el rústico (pan rústico con queso brie, bacon, canónigos y mostaza dulce). Sus tostas no se quedan atrás en empaque y sugestión: con pechuga de pavo, queso tierno, aceite de oliva y tomate; otra con sobrasada, queso brie y cebolla caramelizada; y una tercera para seguir batiendo palmas a base de hummus, rúcula, tomate secado al sol y un chorrillo de aceite de oliva. Se puede elegir pan blanco o integral. Un sitio para desayunar moderno y tradicional, como tú prefieras.
En DolceCity Madrid: Panaria