
1. El Capricho: Un parque grandísimo e imponente, con esculturas, columnas y estanques con patos… pero también lleno de rincones preciosos y casi privados para aislarte de todo el ruido de la ciudad por un rato. Un “secreto” de Madrid que merece ser más conocido.

2. Jardines de Sabatini: Uno de los espacios verdes más conocidos de la ciudad a los que habría que dar un impulsito, una manita de mano y pintura (si vais por allí, me entenderéis –están bien, pero podrían estar mejor-). Peticiones mías aparte, su realidad sigue convenciendo: jardín afrancesado, hileras de arbustos, muchos bancos para sentarse… encantador.
3. Palacio de Cristal de Arganzuela: No es técnicamente un parque, pero tiene tanta vegetación que te sentirás como en uno. O incluso mejor, debido a los diferentes microclimas que encontrarás en el recinto y que responden a los distintos que podemos disfrutar en nuestro planeta. Un sitio intrigante y distinto a la verita de Madrid Río que merece la pena visitar. Dato curioso: Era una antigua nave de patatas reconvertida en invernadero en los 90.

4. Dionisio Ridruejo: El parque de mi infancia, con un gran estanque central “presidiendo”, una zona infantil y una cancha para jugar al fútbol o baloncesto. Ojito a esas partidas de petanca de los más veteranos los domingos por la mañana. Cerca del parque hay bares bien surtidos de churritos, yo lo dejo ahí.
5. Parque del Oeste: Todo un clásico de Madrid que merece mucho la pena. ¿Sabéis quién se lo sacó de la manga? Alberto Aguilera, que además de ser una famosa calle de nuestra ciudad, fue uno de los alcaldes de la misma.
En DolceCity Madrid: El Capricho, Jardines de Sabatini, Palacio de Cristal de Arganzuela, Dionisio Ridruejo, Parque del Oeste