
Comimos de menú y salimos encantados. Yo me tomé una parrillada de verduras (riquísimas, si bien algo escasas –estoy comiendo más sano, pero mi estómago sigue siendo vasto-) y de segundo una merluza ESPECTACULAR, acompañado de una ensalada como Dios manda, es decir, con sus ingredientes bien elegidos, aliñada, consistente (abandonando así esa molesta costumbre de los restaurantes españoles de arrojar cuatro hojas de lechuga y medio tomate al plato y llamarlo “ensalada”). Buenos productos, sabores potentes y refinados.

Tienen mucho más: foie con higos frescos, croquetas de risotto con trufa, carpaccio de ciervo, jamón ibérico de bellota con mermelada casera… y todo esto a precios que no te romperán el bolsillo.

La decoración de La T es bien chula, con un sofá en el precioso recibidor, la cocina bien a la vista de los clientes y unas luces elegidas con un gusto infinito. En la planta baja está la barra para las copas nocturnas (anda, al final sí que sí) y más asientos. En la planta de arriba hay mesas más grandes para grupos numerosos y abajo está más acondicionada para cenas íntimas.
En DolceCity Madrid: La T Gastrobar