
Se ubica en Malasaña y cada vez que he pasado por delante o he entrado me lo he encontrado lleno, o sea, que la cosa está funcionando. Normal, aquí tienen tralla para aburrir. Ojito que vamos: quesos, bocatas, hummus, ensaladas, moussakas (la mal llamada “lasaña griega” que yo encuentro aún más deliciosa, elaborada a base de carne picada de cordero, berenjena, tomate y salsa de bechamel con yema de huevo), aceites, botes de salsas, pastas, pitas, conservas, tzatziki (salsa fría a base de yogur griego, pepino rallado, aceite, zumo de limón, ajo, perejil, menta y eneldo), postres, cositas para picar, etc.

El local está decorado con la suficiente gracia y elegancia (esas barras y sillas altas, esas lamparitas) como para querer hacer una paradita en tu paseo malasañero y picar algo griego para reponer fuerzas. De hecho, el plan ideal es picar alguna cosita y llevarte otro par a casa para disfrutar más tarde, pero que cada uno se organice a su manera (a mí me cuesta no comprar alguna de sus ensaladitas para llevar cada vez que voy, ¡todas deliciosas, esos griegos mañosos!).

El precio es un poco petekán de more, pero tampoco es cuestión de ir cada semana a hacer la compra aquí, yo lo veo un poco más para darme gustazos algunos fines de semana.

La mussaka, por supuesto, está tremenda, pero lo mejor es ir descubriendo cositas nuevas a cada visita.
En DolceCity Madrid: Greek and Shop