
Pues cocina mediterránea e internacional, platos de siempre pero reinventados y con un aire divertido. Por ejemplo, me pedí una cremita para empezar… y me llegó un señor plato llamado “Dúo de cremas” con una mitad de crema de calabazín y la otra con crema de zanahoria. Delicioso. Me dejé por el camino otros primeros bastante tentadores: Timbal de berenjenas con boloñesa (se lo pidieron mis amigos-ver en la galería de fotos-), Ensalada de piquillos con atún o Papas arrugás con mojo picón y sal ahumada. Comimos de menú y cinco opciones para elegir tanto en primeros como en segundos.

En segundos pasé de los Huevos rotos con chorizo y la Hamburguesa con provolone y champiñón para lanzarme a por la “Tortilla de papas estilo Decatar”, un curioso remake de la tortilla de toda la vida: envuelta como una especie de huevo frito gigante, servida sobre un mollete de pan y coronada con una cebollita caramelizada muy rica. Rica pero algo seca, se agradecería más alegría. Mis amigos optaron por la Suprema de pollo con foie y gominola de frambuesa, ambos quedaron complacidos.

Como nota negativa diré que me pedí inicialmente la Merluza a la vizcaína con patatas al vapor pero me dijeron que no tenían. No cuesta nada tachar con un rotulador en la carta el plato que no puedes servir, o darle a “IMPRIMIR” al archivo del menú del día con el texto corregido.

De postre optamos los tres por un café, mis amigos porque no son tan gumias como yo… y yo poque, como ya os conté en este post, estoy intentando contenerme y no lanzarme a por las tartas y postres en todos los sitios a los que voy. A ver lo que me dura.
En DolceCity Madrid: Decatar