
Una en la que cuidaran de mi barba como se merece, que la pobre está empezando y no se merece ningún mal. Así que tras un poco de investigación por mi cuenta y otro poco de preguntar aquí y allá, me dijeron que me acercara a la Barbería de San Bernardo. Y creo que es una de las mejores recomendaciones que me han hecho nunca.

Esta barbería de hoy pero con toques de ayer es UN ÉXITO se mire como se mire. Ya he ido dos veces y me han hecho ficha de cliente. Espero que no me caduque como la del gimnasio (lo que significará que sigo adelante con el “Proyecto Beard”). El trato y los servicios son excelentes y eso lo dice alguien que nunca se ha sentido especialmente cómodo en una peluquería. Que si rebajarla un poco, marcarla o dejarla “más cortita pero que parezca natural”, con navaja y maquinilla, brocha de pelo, toallas calientes, cremas hidratantes, etc.

Todo esto en una silla de las de antaño, reclinable, para estar a gustito y no en tensión como en ciertas peluquerías. La Barbería de San Bernardo conserva el encanto de lo tradicional y los oficios de antes combinado con los últimos productos para el cuidado del cabello y el afeitado. La última vez que fui me contaron que van a ampliar el local para poder atender a más gente. ¡Ah! Si vas con tiempo de sobra te aconsejo que aceptes ese café que te van a ofrecer (y si no te lo ofrecen, pregunta, que es uno de los pluses del trato cercano que se estila por aquí).
En DolceCity Madrid: La Barbería de San Bernardo