
Pues un sitio para una de esas quedadas donde no sabes muy bien dónde ir, ya sea por falta de tiempo o por no “llegar a un acuerdo” de tantas sugerencias y tan dispares que se suelen proponer… Casa Mono resuelve estos dilemas con un ambiente y decoración elegante, moderna y bonita; si bien un puntito fría. Cinco ambientes para que elijas el que más te gusta o el que mejor le vaya a tu franja horaria (funcionan de 9 a 2 de la madrugada): Terraza, Coctelería, Barra, Restaurante y Privado. Yo me quedé en la barra con mi caña, mis patatitas, todo muy bien (el camarero majísimo, por cierto).

El Restaurante presenta una carta muy potente con entrantes fríos y calientes (con clásicos y algún moderneo: salmorejo de frutos rojos, carpaccio de solomillo de ternera, tortas de pan polar con arenque y parmesano, crema de setas, croquetas, pulpo, etc.); platos principales de lo más apetecibles (presa de ibérico, confit de pato, bacalao confitado…) y postres que van a lo seguro –tartas, brownie-, de los que me quedaría con el membrillo con queso (un clásico español que siempre que lo veo lo pido, sí, es contundente pero está riquísimo).

Casa Mono es un sitio muy “mono”, valga la redundancia, con una decoración y una iluminación espectaculares, a las que no se le puede poner pega. Será cuestión de ponerle la calidez con los amigos que lleves hasta allí.
En DolceCity Madrid: Casa Mono