
En definitiva, gracias a Le Salón d´Apodaca pues convertir la “obligación” de cortarte el pelo en toda una experiencia de lo más disfrutable. Merece la pena probar, ¿no? Por encima de todo, Le Salón d´Apodaca es una peluquería. Vamos, que todo lo demás para mí es accesorio. Si no tengo que cortarme el pelo no voy allí a echar la mañana. Ahora bien, es la peluquería perfecta para tirarte la mañana entera, ¿me sigues?

Confieso que en esto de cortarse el pelo yo siempre he sido poco paciente. Desde pequeño lo he visto como un engorro, un poco como salir de la cama un día de invierno, con lo calentito que estás dentro… No es que cortarme el pelo fuera una tortura, pero sí que lo veía como un pasar un pequeño trago: que si pedir hora, que si ir a la peluquería y esperar a que un invitado misterioso que “estaba antes que tú” (¿¿y por qué me dais esta hora??) termine con lo suyo, que si tener que hacer un marcaje al hombre al peluquero que ríete tú de los de Ramos a Messi en un Madrid-Barcelona… En fin, que me demandaba mucho y disfrutaba poco. En Le Salón d´Apodaca las tornas giran misteriosamente: aquí vas a disfrutar. Ve con una idea clara de lo que quieres y sus peluqueros (unos cracks) obrarán en consecuencia.

Recuerda ir con una idea muy clara de lo que quieres, si no lo sabes tú, probablemente te dejen un corte que no te convenza, no porque esté mal… sino porque rara vez nos hacemos algo “radical” en el pelo y quedamos maravillados a la primera. Y ya sabréis que el sitio no es precisamente barato… pero lo que te hacen aquí no te lo hacen en la “Peluquería de Caballeros Artilleros”. Es para darse un gustazo.
En DolceCity Madrid: Le Salón d´Apodaca