
Espectacular. Carne con sabor y personalidad, de la que escasea en las hamburgueserías, vamos. Esto de la carne es importante. He estado en muchos sitios donde te ponen un buen mazacote de carne… sin sabor ninguno (de ahí que monten una parafernalia alrededor de la burger, para enmascararlo). En Buns la carne está tan rica que yo mantendría los aderezos en un nivel bajo: queso, tomate, bacon, quizá esa cebollita caramelizada… con eso es más que suficiente, dejad que la carne hable por sí sola. Tremendas estas hamburguesas, de verdad. Además, clavan el punto de la carne. Son sencillas y excelentes, de las mejores que he probado en Madrid.

De entre sus entrantes os recomiendo los aritos de cebolla, riquísimos, inesperadamente jugosos; y los palitos de queso (aunque la salsa de frambuesa para acompañarlos no me enamoró –pedid la de alioli o queso cheddar, que triunfan bastante-). Las patatas gajo también están potentes y me encanta el detalle de que vengan ya con sal, por lo que incluso sin salsa están ricas.

Tema postres (siempre hay que hacer un huequín): una cheesecake de dulce de leche contundente, a mí me gustan más cremositas pero es una apuesta segura; y un Apple Crumble delicioso. Casero todo. Me sugirieron un batido y dije que no porque no soy muy de batidos, pero al llegar a casa repasé los que tienen me quedé con las ganas: chocolate y menta, almendra, fresa… y la opción de añadirle un chorrito de ron. Volveré a por ellos.

Personal atento, sitio majo y hasta puedes rematar con una copita, tienen una extensa carta de licores. Muy recomendando.
En DolceCity Madrid: Buns