
El Teleférico está bastante bien cuidado y creo, sinceramente, que es tarea nuestra, de los madrileños, potenciarlo y darle bolilla. Vamos, integrarlo un poco más en nuestras vidas o, al menos, en el paisaje de Madrid. ¿Qué tal hacerte un viaje en la cabina con una visita que llegue del extranjero? ¿Por qué no programar un “día en plan turista” sin salir de la ciudad montado en uno de sus vehículos? Las vistas son espectaculares y con el solecito ya no te quiero ni contar… En Abril abre de 12 a 8 de la tarde y en Mayo, Junio y Julio de 12 a 9 de la noche. ¿El precio? De risa.

El paseo, que va acompañado de una voz en OFF que nos va explicando lo que vamos viendo, tiene la duración justa como para que nos forremos a ver sitios sin que se haga pesado o monótono. El recorrido da inicio en el Paseo Pintor Rosales, se sigue por el Parque del Oeste, Príncipe Pío, las ermitas de San Antonio de la Florida, se atraviesa el Manzanares, la M-30, la Casa de Campo y se termina en la plaza de los Pasos Perdidos.

Pero en la ruta se ven un montón de cosas más como nunca las habías visto: el lago de la Casa de Campo con sus barquitas, el Parque de Atracciones, el Templo de Debod, la Plaza de España, el Pirulí, el Palacio Real y el Campo del Moro, la Catedral de la Almudena, las Torres de Plaza de Castilla… Madrid tiene unas vistas espectaculares y el recorrido merece mucho la pena.

El Teleférico no para nunca, ya puede llover o nevar (hmmm, con nieve tiene que molar bastante), pueden entrar hasta 6 personas en la misma cabina y dentro se pueden meter mascotas (en bolsa o cesta), carrito de bebé (habrá que plegarlo si es muy grande) y hasta tu bicicleta. Qué, ¿te animas?
En DolceCity Madrid: Teleférico de Madrid