
Hacer del rollito Starbucks (sofás y música de jazz) solo el principio, avanzar a partir de ahí hacia algo maravilloso y que podemos disfrutar en Madrid cualquier mañana que nos apetezca: desayunar rico en un sitio bonito. Suena bien, ¿no? Ahí van mis 5 recomendaciones:
1. Petit Appetit: Aún no se desató con este sitio la pasión que hay hacia otros y merece la pena conocerlo. Decoración muy bonita y buenas tostadas con varios tipos de pan. De su café no tengo queja.

2. Mamá Framboise: Generalmente lleno hasta la bandera, merece la pena buscar sitio como cuando intentas aparcar en Madrid. Su repostería es cosa fina y doy fe de que sus perolos de café son de sombrerazo, tanto en cantidad como en sabor.
3. Pomme Sucre: El sitio es muy pequeñín pero sus croissants me siguen imantando, es como cuando Joey se montaba en su barquita y casi sin remar llegaba automáticamente a la casa de Dawson. Preguntad cuándo sacan una bandeja con croissants recién hechos, ahí están las respuestas a las grandes preguntas de la humanidad.

4. Harina: Es uno de mis favoritos, su rollito blanco y pizarrero me da una paz infinita. Pero lo mejor, claro, es lo bien que preparan los lattes o sus muffins de chocolate, por mencionar solo dos de las muchísimas cosas que hacen y que te harán feliz.
5. La Infinito: Cuentacuentos, servicio de alquiler de libros, actividades a gogó y mucho, mucho café. Su porción de tarta de zanahoria es generosa y viene presentada con uva de regalo (a mí me hizo gracia). Muy cerquita de la Filmoteca, por cierto.

Mención especial para Diurno, ya todo un clásico de Madrid; y también para el Café del Jardín, suerte de jardín secreto en el corazoncito del Museo del Romanticismo. Para cuando deje de llover en Madrid, digo.
En DolceCity Madrid: Petit Appetit, Mamá Framboise, Pomme Sucre, Harina, La Infinito