
El pelo del kilim se une en un tejido plano, no por nudos. Esto viene del origen nómada de la prenda, cuando se usaba como maleta o protección para los animales de carga y había que unir los hilos de forma que no quedara un solo resquicio por el que se colara la arena del desierto. Tras esta breve lección de historia, que a lo mejor puede incurrir en algún error (por favor, que no llame el grupo de urdidores de kilims cabreados); hablemos de Tailak, la tienda con las mejores alfombras de todo Madrid. O, al menos, las más auténticas: sus textiles, importados de bazares de Afganistán y Asia Central, destacan por la viveza de sus colores. Su género, además, es de lo más variado: tienen alfombras de todo tipo, nuevas, antiguas, modernas, a medida y de venta por metro cuadrado.

Sus alfombras están hechas a mano y se elaboran mediante un proceso respetuoso con el medio ambiente. Solo usan el que consideran es el mejor producto para hacerlas: lana de oveja de Ghazni, Afganistán; y no algodón o pelo de cabra. La lana se manualmente y se le aplica tintes naturales de cosas tan sorprendentes (al menos para mí) como la granada o la cebolla para obtener esos colores tan estupendos. Pero no solo de alfombras vive Tailak, también tienen los ya mencionados kilims, cojines de kilim, suzanis e ikats. El ikat (técnica de tejido en la que se tiñen los hilos antes de tejer la pieza) combina muy bien con otros patrones y es tendencia decorativa desde hace unos años.

La tienda la lleva una pareja formada por Hakeen, un afgano de lo más majete cuya familia lleva comerciando con alfombras toda la vida; y Antonia, una gallega tan apasionada por las alfombras hechas a mano como él. Fue su amor por esta tradición lo que hizo que se conocieran y, más tarde, montaran su propio local en Madrid.
Os dejo el vídeo de una mujer turcomana anudando una alfombra, alucinante:
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En DolceCity Madrid: Tailak