
Y es que la exposición temporal que tienen hasta el 16 de junio, “La moda imposible”, es fascinante. Incluso para gente como yo. Con la tesis “la vanguardia creativa como motor de cambios estéticos” se trata de ver y admirar (¿y llevarse las manos a la cabeza?) las creaciones más innovadoras en el mundo de la moda en los últimos 100 años. Un vistazo con posibles efectos secundarios de shock a las revoluciones, los artes conceptuales y los estallidos varios en el desarrollo del corte y la confección. Más sorpresas que en el estante de ofertas del Lidl.

Esta exposición, con un gancho indudable tanto para fanáticos de la moda como para neófitos en la materia, es un excelente billete de entrada a los tesoros y sorpresas de un museo diseñado y expuesto al público con notable buen gusto y un evidente sentido del ritmo. Esto que digo no es baladí, alguien tuvo un ojo magnífico para exponer con tensión, picante y un interés mantenido a lo largo de todo el recorrido. En España, y en esta España, es digno de aplauso el buen desempeño profesional.

El Museo del Traje, Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico, ha tenido muchos nombres a lo largo de su historia: Exposición del Traje Regional e Histórico (1925), Museo del Traje Regional e Histórico (1927-1934), Museo del Pueblo Español (1934-1993), Museo Nacional de Antropología (1993-2004) y el actual. Mejor el de ahora, ¿verdad? No es lo mismo decirle a la familia de ir a visitar el museo del traje que: “Eh, chavales, ¿os venís a visitar el Museo de Antropología?”. Hay palabras que tienen mala venta.

El horario del museo es amplísimo, si acaso cierra un pelín pronto por las tardes: de martes a sábado de 9:30 a 19:00; domingos y festivos de 10:00 a 15:00. La entrada es muy asequible: 3 euritos. Y gratis si estás cobrando el paro o bien si vas los sábados a partir de las 14:30 o los domingos.

Por cierto, ojito a la tienda del museo (alto riesgo de echar mano a la cartera para gastaros los cuartos), ¡y no os perdáis el jardín!... Aunque si hablamos de jardines de museos, yo me sigo quedando con este.
En DolceCity Madrid: Museo del Traje