
El sitio es bien pequeñito, al ser poco más de la una del mediodía estaba vacío (la gente de los trabajos cercanos acude una hora más tarde) y no teníamos ninguna referencia del mismo. Pero parecía mono, el menú sonaba muy bien y me dedico a probar sitios nuevos para escribir luego sobre ellos… así que entramos. Y acertamos de lleno. Painblanc ofrece cocina tradicional y mediterránea, casera y saludable, acompañada de una cerveza artesanal elaborada en la sierra de Madrid; y unos postres absolutamente arrebatadores (luego os hablo de ellos, tremendos).

Empecemos por la crema de puerros, con sus croutons y chorrillo de aceite de oliva; deliciosa, suave, inmaculada. Continuemos por las lentejas (unas lentejas de segundo, original y compensado para rematar el primero), tan ricas como las de tu madre y con un choricillo de pura cepa. Las raciones, por cierto, muy estimables. Aquí no regatean. Presentado todo de forma elegante y modernilla. Todo el pack funciona.

La cerveza es La Virgen: artesanal, sin ingredientes artificiales, hecha con seis tipos de malta de distintos tostados, tres de lúpulo, levadura y agua pura de la Sierra. Recomiendo acompañar con ella vuestro menú, ensalada, tosta, panini o perrito especial de la casa (pan de levadura de cerveza, salchicha alemana, foie, queso, cebollita frita y cilantro; me quedé con ganas de probarlo).

Sally y Clara, las dos amigas que estudiaron juntas y han abierto Painblanc hace apenas un mes, ofrecen un motivo extra para que os acerquéis a comer: sus tremendos postres. La tarta de zanahoria que probé es una de las 3 más ricas de Madrid, sin ninguna duda. El icing suavecito y sin abusar, el bizcocho esponjosito y debidamente “moisty”; y una decoración divertida para rematar. Muy recomendada. El pastel de belén casero y recién horneado, francamente, me supo aún mejor que los que hacen en Lisboa.
También tienen muffins, brownie, opciones de desayuno (mollete de Antequera con aceite de oliva virgen extra), café illy, licores premium para tomar unas copas por la noche, organización de fiestas de cumpleaños, servicio de catering y unos vinos con una filosofía muy interesante (Telmo Rodríguez).
En DolceCity Madrid: Painblanc