Miércoles, 19 Diciembre 2012

4 BIEN y 2 MAL del Cine Doré (o Palacio de las Pipas) en Madrid

por Juan Rodríguez
El Cine Doré, que programa ciclos interesantísimos de directores y actores no siempre conocidos por el gran público, es el brazo armado (de fotogramas) de la Filmoteca Española.
Tiene el encanto de los sitios con historia y el anquilosamiento de… los sitios con historia que no quieren hacerse un lavadito de cara. Hay mucho que disfrutar y algunas cosas que sufrir en el Cine Doré, el hogar de la Filmoteca Española. Utilizando la fórmula que ya empleé al hablar de Le Pain Quotidien, voy a contaros desde mi particular punto de vista los 4 BIEN Y 2 MAL del Cine Doré:


UN BIEN: Se respira historia
Acercarse al Cine Doré y contemplar esa llamativa fachada te lleva a otra época, entrar en ese salón central que integra su cafetería con hall de entrada y el acceso a las salas, también. Su sala principal es una de esas grandísimas, de las que ya no se ven, que parece más un teatro que estas cosas modernas de las multisalas, ¡con telón incluido que no se abre hasta que no va a comenzar la proyección!


El Cine Doré ni quiere ni puede disimular que es un lugar histórico. Inaugurado el 19 diciembre de 1912 (justo hoy se cumplen 100 años), el “salón Doré” acogía a 1.250 espectadores. Sin embargo, aún no operaba como cine sino como salón de variedades y ocio. El actual Cine Doré se construyó once años más tarde, en 1923, siguiendo un estilo modernista que se llevaba mucho en los cines, y en Madrid, en aquella época. Cerrado en 1963 (cuando se le conocía como “Palacio de las Pipas”) y reabierto en 1982, su buena programación le mantiene vivito y coleando.

DOS BIEN: Los precios
Muy de agradecer son los baratísimos precios a pagar para ver cine en la Filmoteca. 2´50 € una película, 20 € el abono por ver 10 películas. Barato y sencillo, sin zarandajas. Además, ese precio no varía ni para ciclos como los que ya preparan para Enero de 2013: Luigi Zampa, Michael Cimino, Tim Burton, Olivier Assayas… Cosas siempre interesantes y/o a descubrir.


TRES BIEN: Su objetivo

La Filmoteca se encarga de guardar el patrimonio cinematográfico español. Pero no es guardarlo en una caja, echar la llave y ya; no, también recupera, investiga y difunde la obra de tantos cineastas y artistas que se dejaron la vida y el talento haciendo cine en nuestro país. El Cine Doré es la “tarjeta de visita” de la Filmoteca, a través de él se relaciona con los demás, programando ciclos de directores desconocidos, volviendo a programar las nominadas a los Goya de cada año, preparando exposiciones, coloquios y mesas redondas, etc.

CUATRO BIEN: La biblioteca

Hace tanto que no iba a la Filmoteca que no conocía aún su biblioteca. Se trata de un sitio de uso público donde está recopilado casi todo lo existente en papel sobre el cine español. Hay varios departamentos: la sala de investigación y consulta, la de publicaciones periódicas y los puestos de consulta de catálogos y multimedia. Para sacar algo hay que hacerse un carnet.


UN MAL: Taquillas
Solo se pueden sacar entradas en esa taquilla (de tamaño muppet baby y emboscada en un callejón -¡chicos, mejoremos el aspecto de las taquillas!-) a partir de las 4:15 de la tarde y hasta 15 minutos después del comienzo de la última sesión. Pero lo peor no es eso, lo peor es que si quieres sacar hoy una entrada para mañana… ¡no puedes hacerlo hasta las 9 de la noche!

DOS MAL: Sala García Berlanga
Muy a favor de una sala al aire libre pero… ¿sólo está operativa de julio a septiembre? ¿Qué tal poner unas estufas, unos paneles, unas lonas o algo para no tenerla cerrada 10 meses al año? Es una sugerencia.

Os dejo este enlace a un interesante artículo de ABC en el que hablan con algunos de los responsables del Cine Doré.

En DolceCity Madrid: Cine Doré de la Filmoteca Española

Filmoteca Nacional ( ver plano )

Calle de Santa Isabel 3
Tel: 913692118
Web: www.mcu.es/cine/mc/fe/

Ubicado cerca de la calle Atocha, este edificio de decoración casi art-nouveau acoge la sede de la Filmoteca Nacional. Un templo dedicado a rendir culto a una magia que se mueve a 24 fotogramas por segundo: la del celuloide.