
Pero no nos quedemos en el detalle, vayamos al meollo: ¿qué tal está el café? Pues, sinceramente, me supo riquísimo. Y no solo eso, sino que me despertó. Que a veces dudo de que le echen cafeína real a algunos cafés que me he tomado por ahí. Una gran variedad, para que tu chute de cafeína sea a tu gusto: con leche, capuccino, espresso, mocca, con siropillos a lo Starbucks… yo solo he probado el con leche, pero volveré a por más siempre que esté por Conde Duque o Malasaña.

También tienen tés, infusiones, cookies potentes, bizcochos, brownies, alguna tarta… vamos, que con hambre no te vas a quedar si quieres acompañar tu bebida. El sitio, además, está decorado de manera muy inteligente, creando espacios donde no los hay, colocando bicis casi en el techo, poniendo precios y letreros a mano en divertidos carteles (o en pizarras) colocados de forma ingeniosa. Luego tienen su lateral con botes de galletas, aderezos para el café…

Y todo muy “en confianza”, te echas los azucarillos, te compones tu remate cafetero, te lo sacas afuera o te lo tomas dentro… Y los precios, ajustadísimos. Un café rico a precio barato (entre 1 y 2 euros la mayoría de cafés “normales” sin pirotecnias) en un local con encanto y en una calle llena de vida y sorpresas. Un sitio muy recomendado. ¡Ay, si me quedara más cerca!
En DolceCity Madrid: Toma Café