
La tienda, te gusten más o menos los coches, es una monada. Bien colocada en un extremo de la calle Barquillo, es un imán irresistible para esos turistas y/o madrileños que buscan un regalo original que hacer a los más pequeños de la casa: tienen juguetes antiguos, robots de varios tamaños (de los de decoración, no de los cibertrónicos de esta tienda), peonzas, muñecos, etc.

Pero su público real son los coleccionistas. Apasionados de los coches en miniatura que quieren añadir a su colección aquel modelo de cochecito que se hacía en Inglaterra en los años 40, ese modelo de Scalextric que aún se hacía en España antes de que chaparan en los 80; o reproducciones de marcas como Payá, Rico o Sanchís.

El 95% de productos que hay a la venta en Macchinine son coches en miniatura, de distintas épocas, en varias escalas, de todo tipo: estático, antiguo, moderno. Pueden tener más de 10.000 cochecitos en stock, así que si estás buscando algo pequeñito y con cuatro ruedas, seguramente lo tienen. Además, colaboran con Regala F1 y tienen a la venta productos de la F-1: alerones, volantes, trapecios y, si te pones, ¡hasta un coche de Fórmula 1 entero! Te lo montan y te lo llevan a casa. Se acabaron los atascos.

Participan en películas, series (¿de dónde te crees que salen los cochecitos de “Cuéntame”?), anuncios y reportajes de moda; venden por Internet gracias a su tienda en eBay y, como curiosidad, están patrocinando a un chaval que ha sido subcampeón de España de karting de 6 a 8 años.

La verdad es que no nunca he sido muy del Scalextric, de jugar en los cumpleaños a los que me invitaban de pequeño (en los que me llenaba los bolsillos de mediasnoches, esto es así) y poco más. Pero en Macchinine vi tal cantidad de coches ABSOLUTAMENTE PRECIOSOS que me han dado ganas de retar a alguien a una carrera. ¿Quién se apunta?
En DolceCity Madrid: Macchinine