Nunca podré agradecerte todo lo que me has dado. Y sin haberlo ensayado, me ha salido un pareado. Vale, esto no es precisamente alta poesía… pero la culpa es del calor, este calor asfixiante que quiere anularme como persona. ¡Yo te maldigo, calor! Y para combatirte tengo a un aliado tan rico como el helado, pero mucho más sano. Es el yogur helado, el frogurt en inglés (frozen+yogurt) o, como se anuncia ahora en las marquesinas de Madrid, el “yolado” (ejem…).

Cuál fue mi sorpresa el otro día cuando, paseando por Madrid, me topé con uno de estos locales que cada vez abundan más (sobre todo por el centro) y que aún no conocía: Cherry Pop. El nombre ya me parece genial, no solo por su significado picarón en inglés o porque me recuerde a un single de los N´SYNC (¡cuando Justin Timberlake era un alocado teenager con rizos!); pero es entrar en la tienda y la cosa es aún más genial.

Lo del yogur helado ya lo conocíamos: ricas tarrinas con varios toppings, siropes y otras locuras, pero lo del… ¿autoservicio? ¡Eso era nuevo! Tú mismo coges el vasito de cartón, te sirves tu helado de yogur (natural, choco, choco blanco o fresa) tirando de la palanca (de las palancas de toda la vida), y te vuelves absolutamente loco a la hora de elegir los toppings y aderezos.

Si eres como yo, que en los buffet libres no mides y más que un plato te acabas llevando una torre de comida, ¡imagínate un buffet libre de fruta fresca, cookies, chucherías y frutos secos! Por no hablar de los siropes para bañar tu creación: café, vainilla, menta y así hasta 20. Igualmente, van bien servidos de toppings: hasta 27 distintos. Como para hacerte un croquis en casa antes de ir al lío.
Advertencia: las tarrinas son descomunales. Hay gente que, de tanto echarle extras, ha llegado a crear sus propios microclimas.
En DolceCity Madrid: Cherry Pop