
Pomme Sucre es la prueba de que en Madrid, cuando nos arremangamos, podemos hacer croissants tan ricos como en cualquier boulangerie francesa. Porque aquí no solo hacen los pasteles, bollos y dulces de toda la vida, sino que además le dan un girito moderno y elegante. Un “vamos a ponernos gochos pero vamos a hacerlo con un poquito de clase”. Esta filosofía merece un fuerte aplauso, y una ruptura de dieta inmediata, cualquiera que sea la que estás haciendo. ¡Saltaos la dieta, saltáosla!

Nuestra Manzana Azucarada nació en 2002 en Gijón y lo puso en marcha Julio Blanco, un pastelero asturiano discípulo de Paco Torreblanca. En 2010 dio el salto fuera de Asturias y abrió un establecimiento la mar de coqueto en la calle Barquillo, al lado de tantas y tantas tiendas de moda. Aquí puedes comprar sus deliciosos croissants, milhojas, trenzas, empanadas, sándwiches, canapés, salados, etc. O bien la especialidad de la casa, los hojaldres: de manzana, praliné, vainilla, cacao, etc.

También puedes desayunar en el local, que pese a ser pequeño tiene unas cuantas mesitas con mobiliario chulísimo –cada mesa y silla es de su padre y de su madre-, y puedes acompañar tu croissant con almendras recién hecho con un café Nespresso o uno de sus tés.

Beatriz me explica que Pomme Sucre quiere mezclar Francia y Asturias, aplicando las más modernas técnicas de cocina a los postres de toda la vida. Me dice que todas las tartas, mousses y pasteles son elaboradas a diario en el obrador que hay en la propia tienda, y que todos los productos son elaborados de la manera más natural posible. Naturales o no, están de muerte.
En DolceCity Madrid: Pomme Sucre