
Las respuestas a las preguntas serían “un espacio multidisciplinar para alimentar el cuerpo, la mente y el alma” (voy a pedir el copyright de esta definición), “también” y “claro que sí, hijo mío”, respectivamente. Do es una agradabilísima sorpresa, uno de los locales más bonitos de Madrid. Espacio diáfano, lleno de luz, con una presentación impecable de los productos y una organización del espacio genial (quizá le falte algunos metros cuadrados). El conjunto de continente y contenido es alucinante. Hubiera jurado que estaba hecho de marshmallows si no se me hubiera clavado ese trozo de ladrillo en los dientes cuando quise comprobarlo*.

Como afirman en su web, Do rompe el concepto establecido de consumo. Aquí se vienen a hacer muchas más cosas. Puedes salir bien contento sin haber comprado nada, y es que simplemente ver su colección de arte, moda, diseño y “objets trouvés” (objetos encontrados) ya merece el paseo.

El “arte encontrado” u “objetos encontrados”, creado por Marcel Duchamp a principios del siglo pasado, es el arte que nace de objetos que normalmente no son considerados artísticos. Dignificar objetos cotidianos, ponerlos en un pedestal y verlos con otros ojos. En Do estos objetos comparten un diseño bello y funcional, orgánico y artesanal, que mezcla las últimas tendencias con el diseño más rústico y tradicional.

Hay varias zonas en Do: Moda y accesorios, Muebles y decoración, Galería de arte, Cafetería y Revistas, publicaciones y objetos de papelería (ah, objetos de papelería, me pirran).

Algunas de las firmas de ropa disponibles en Do: Henrik Vibskov, Bodkin, Anntian, Steve Mono, The Medley Institute, etc. Dicen los entendidos que es como estar en el Soho neoyorkino o en la tienda Merci de París. Yo sólo sé que estando en Do uno se siente como en la gloria.
* = El autor puede estar dramatizando
En DolceCity Madrid: Do