
La librería abrió sus puertas en julio de 2009 y alberga una oferta amplísima en sus 500 metros cuadrados y dos plantas. Desde los superventas por todos conocidos hasta libros de editoriales pequeñitas e independientes, pasando por reediciones, ediciones especiales, libros de regalo, etc. Rodrigo me comentó orgulloso que venden de todo, sí, pero que “venden lo que quieren”. Lo que no les gusta, lo que no les parece bueno, no lo venden.

Tienen un espacio dedicado para “El autor del mes” y “La editorial del mes” que se va renovando constantemente. Ahora le están metiendo caña a Dickens por el segundo centenario de su nacimiento (7 de febrero, este lo han alargado un poquito porque él lo vale) pero lo van a relevar en breve con Vila-Matas.
Este es mi rincón favorito de la librería, por las cositas tan chulas que se pueden encontrar (hay libros de Dickens de todo tipo, no sólo reediciones, ni mucho menos) y los descubrimientos que puedes hacer. Si quieres ir a tiro hecho, que sepas que es nada más entrar, a la derecha. Para el verano van a hacer una selección de libros de humor, que esto siempre viene bien en la playita.

Merece la pena que nos detengamos un segundo en su nombre: Lé, que me encanta. Se lo tuvieron que encargar a Fernando Beltrán, una vez Rodrigo y su socio de la librería asumieron que no eran capaces de dar con un buen nombre para la tienda. Fernando Beltrán es un poeta y nombrador que le ha puesto nombre a Amena, Rastreator, Faunia, Opencor, La Casa Encendida, etc.
Con “Lé” pretendieron hacer pensar al cliente (¿está mal escrito? ¿significa algo distinto?) al mismo tiempo que incitarle a leer (¡lee!). Y el acento indica también el acento que quieren poner ellos en la lectura.
En DolceCity Madrid: Lé