Sucesores de Ignacio López en Madrid: ¡Viva la pipa!

Ah, la pipa española… qué maravilla. Qué crujido, qué recompensa post-cascaril, cuánta adicción. Sólo la primera temporada de “Prison Break”, y de lejos, ha sido capaz de replicar el ansia y el gozo que produce comer pipas entre los humanos. Porque en lo de comer pipas, como en lo de hacer un viaje, lo importante no es el destino sino el recorrido que haces hasta llegar allí (salvo cuando viajas a Disneylandia, en cuyo caso lo importante es el destino y no esos transportes insoportables hasta que llegas).


Los Sucesores de Ignacio López trabajan la pipa. Y las almendras. Y los pistachos. Y los cacahuetes, los piñones, los anacardos y toda esa locura salada y adictiva conocida como frutos secos. Llevan desde 1939 seleccionando, tostando (a diario) y empaquetando frutos secos de alta calidad, o sea, que algo saben del asunto.


Por un miserable euro me compré una bolsa, UN BOLSÓN, de pipas para regalársela a mi novia (que viene de Dublín a visitarme, allí sólo las hay peladas… les quitan la mejor parte, el descascaramiento). No sólo estoy contento con las dimensiones de la bolsa, sino con su elaboración: en Ignacio López no utilizan conservantes ni colorantes. Por cierto, si queréis comprobar las medidas de la bolsa de pipas podéis hacerlo en la galería de fotos que hay al final del post. ¡Tengo pruebas!


La tienda que visité está en la calle Menéndez Pelayo, justo enfrente del Retiro. Tienen otra tienda en Lavapiés y su horno se encuentra en Fuenlabrada.

En DolceCity Madrid: Sucesores de Ignacio López