
Surgió de la mano de dos prestigiosas makeup artist de Hollywood: Rea Ann Silva y Veronica Lorenz, inconformes con los resultados que obtenían con las técnicas habituales y por la cantidad excesiva de maquillaje que se gastaba en cada sesión. Querían algo nuevo, infalible, que llegara a cada rincón, que se adaptara a cada ángulo del rostro, a las zonas más difíciles con suma facilidad, que dejase la tez uniforme y el maquillaje luciese fresco y luminoso. Y lo consiguieron.

Pero para lograr los mejores resultados, hay que seguir su sencillo sistema de utilización: se humedece la esponja con agua limpia, así aumenta de tamaño y no absorbe tanta cantidad de producto, y se va aplicando suavemente mediante pequeños golpecitos por todo el rostro, siempre de dentro hacia fuera, o lo que es lo mismo, desde el centro de la cara hacia los bordes, la idea de toda base de maquillaje es unificar el tono, cubrir imperfecciones y aportar luminosidad, por tanto, la zona central del rostro es la que debe quedar perfeccionada.
La parte puntiaguda está pensada para zonas de difícil acceso como ojos, nariz y contorno de la boca, y la redondeada, para las áreas más grandes (frente, mejillas y mentón). Recomiendan mantener la esponjilla Beautyblender limpia y libre de las grasas que suelen tener los productos de maquillaje, por lo que hay que limpiarla con frecuencia para que nos dure más tiempo en perfecto estado. El producto más recomendado es el que incluye el pack, una solución balsámica jabonosa con lavanda y soja que también nos sirve para limpiar otras herramientas de maquillaje como las brochas y pinceles.

Beautyblender en Nadia