
Nada de “leyes de la compensación”: me atiborro en la comida, me sacrifico en la cena, ni dietas milagro (la de la piña, la de la sopa, la del melocotón…), bajar kilos de peso y mantener la salud en forma, requiere de sensatez y constancia, y una buena forma de lograrlo sin tener la impresión de que estamos sometidos a dietas férreas es siguiendo los dictados de la Ritmonutrición. Dicho así suena a quimera, pero no es más que alimentarse al ritmo de tu propio cuerpo, ¿cómo?


¿Y dónde me asesoran sobre la Ritmonutrición? En el Departamento de Nutrición de Clínica Bari donde, mediante un sencillo test y otra serie de pruebas, determinan si tu organismo está equilibrado o tu ritmo biológico está desajustado, en cuyo caso se determinará qué es lo que debes tomar para compensarlo, si un mayor aporte de triptófano o de tirosina.

A grandes rasgos y como consejos generales por cortesía de Clínica Bari, deciros que son fundamentales 4 comidas al día de las cuales, desayuno y merienda son las más importantes. Las proteínas animales deben ser ingeridas por la mañana y a mediodía para activar los precursores de la tirosina; y los glúcidos (frutas, galletas, chocolate…) y lípidos (Omega 3 y 6 que contienen pescados o frutos secos entre otros), deben ser ingeridos por la tarde para asegurar un aporte de triptófano.
Toda una ciencia que requiere del control y consejo de profesionales en la materia para guiarnos en el sencillo y eficaz periplo de alimentarnos al ritmo de nuestro propio organismo. Si quieres un cuerpo 10 y una salud 100, adéntrate en la Ritmonutrición.
Ritmonutrición en Clínica Bari