Jueves, 25 Marzo 2010

Parque del Capricho

por Irene Díaz
En el madrileño barrio de La Alameda de Osuna se encuentra uno de los jardines públicos más bonitos de Madrid e incluso de España, no dejes de visitarlo
Debemos su existencia a María Josefa Pimentel, Duquesa de Osuna, que adquirió en 1783 los terrenos de unas 15 hectáreas a las afueras de Madrid para la construcción de una finca de recreo.


Cuatro años más tarde encargaría a Pablo Boutelou, arquitecto de la corte, el proyecto inicial de su residencia allí y la construcción de los jardines al francés Jean-Baptiste Mulot. La obra se llevó a termino en 1834, el mismo año en que fallece la duquesa sin llegar a verla concluida.

Es a este artista galo como no podía ser de otra forma, a quien debemos estos jardines románticos, que a día de hoy conocemos como Parque del Capricho.


Durante su construcción, con la ocupación napoleónica, el recinto pasó a manos del general Agustín Belliard, quien lo utilizó para avituallar a sus tropas. Tras la expulsión de los franceses volvió a manos de la duquesa, que mandó proseguir los trabajos hasta su muerte.

En 1844, tras largos años de desidia, terminó siendo subastado y dejó de ser patrimonio de los de Osuna.


Durante el gobierno de la Segunda República fue declarado Jardín Histórico y construyeron en él un bunker subterráneo que sirvió en 1939 como centro del Estado Mayor del Ejército. Un lugar especialmente práctico en los últimos días de la Guerra Civil, cuando Madrid estaba asediada y los bombardeos eran constantes todas las noches.

Gracias a la providencia, la aviación nacional, debía de desconocer este dato y el precioso parque se libró de lo que podía haber sido su destrucción total.

Ya en tiempos de paz, en 1943, fue declarado Jardín Artístico y tras estar durante décadas privado de la admiración de los madrileños, es en 1974 cuando el Ayuntamiento de Madrid lo compra con intención de restaurarlo y abrir sus puertas al público en 1978.


El proyecto de recuperación comenzaría allá por 1985 y aún a día de hoy todavía quedan algunas cosas pendientes, pero podemos plenamente disfrutar de este retiro de reyes y nobles.

Parque del Capricho