
El chocolate, desde tiempos inmemoriales, fue manjar de dioses y reyes; su carácter exótico lo convirtió en delicatesen digno de paladares exigentes y hoy se torna en producto versátil donde los haya que tanto sirve para aliviar una depresión, levantar el ánimo, aplacar tensiones como para subir la libido en cuestión de segundos.

Y es que esta suculenta sustancia no deja de reversionarse y reinventarse ofreciéndonos un sinfín de nuevas caras, exquisitos sabores y variedad de formas para deleitar cada vez más a los paladares más exquisitos. Y como prueba: Chocolate Orgániko, un compendio de nuevas texturas elaboradas a partir de chocolate puro con materias primas de excelente calidad sin conservantes, colorantes ni pesticidas y con Certificado ecológico.

Su completa gama de productos, mezcla sustancias que en principio podrían sugerir un difícil maridaje pero que, sin embargo, casan a la perfección con el aromático cacao como, por ejemplo, el aceite de oliva virgen extra, la flor de sal de Ibiza, el chili o el limón. En cuanto a las formas, tabletas, láminas, trufas y mis preferidas: las bolitas de cacao negro de la colección Grand Cru combinadas con lavanda, chili, vainilla y canela, menta o café de Etiopía, un bombón muy aromático que combina a la perfección con vinos y licores.
No te pierdas sus colecciones para Navidad compuestas de un variado surtido de todos sus productos, la mejor ocasión para coleccionar, premiarse o agasajar con sabores… hechos de sueños.
En DolceCity Madrid: Isolée