
Todavía temprano, no debían ser ni las 9:00, ya habían llegado varios paquetitos con forma de corazón a la oficina. Se oían risitas de los que no tenían nada, hasta que minutos más tarde llegaba otro paquete... ¿Pero qué ha ocurrido este año? Nunca había visto nada parecido, parecía como si fuese a llegar el fin del mundo y sólo sobrevivieran los que tuvieran chocolate en sus manos.
Una de mis compañeras recibió una cajita blanca de trufas que causó sensación. La pobre tuvo que compartirlas con el resto... y no duraron ni media hora, estaban buenísimas y su envoltorio era muy original, casi de diseño. Me fijé bien en la caja, blanca y con letras negras que decían Pancracio.
Me puse a investigar y descubrí una empresa dedicada en cuerpo y alma a la creación de chocolate de calidad. Su oferta es de lo más innovadora: turrón de cava rosado, crujiente caramelizado de avellana recubierto de chocolate y con aspecto de aceitunas (bautizado como chocolivas) e incluso unas botellitas transparentes con tapón negro de vodka de chocolate.

También ofrecen otras especialidades más corrientes como trufas, crujientes de chocolate y las clásicas tabletas que siempre triunfan entre los chocohólicos, que es como en Pancracio llaman a los adictos al chocolate.
El creador de la marca, Pedro Álvarez, es un diseñador gráfico que durante años se dedicó al packaging de productos, lo que explica el cuidado diseño de las cajitas y paquetes de Chocolates Pancracio, sencillo, elegante y con mucha clase. Disponen de unos preciosos paquetes regalo con un surtido de varios de sus productos, para que el afortunado que lo reciba pueda probar una selección de sus joyitas. Ideal para quedar bien en fechas señaladas.
Si eres un chocohólico y un amante de las cosas hechas con cariño, te encantarán los chocolates Pancracio
Chocolates Pancracio en Hespen & Suárez