
Tal y como ya os he dejando caer, el madrileño Luís Ramón Marín perteneció a esa primera generación de fotógrafos que comenzó su trabajo en los albores del siglo XX y que desapareció tras la Guerra Civil española. Al igual que la mayoría de compañeros de profesión, Marín se vio obligado por el régimen franquista a abandonar la fotografía y lo que es peor, a entregar confiscados sus archivos, que en cuestión de nada, fueron destruidos y olvidados. Afortunadamente, algunas instantáneas se salvaron de la quema y son estas imágenes las que la Fundación Telefónica con la colaboración de la Fundación Pablo Iglesias recupera ahora en esta exposición.
Doscientas cincuenta imágenes de contenido extremadamente variado que recorren los treinta y dos años de producción del fotógrafo madrileño. Son instantes captados en las calles en un entorno de agitada realidad política, cultural, social y laboral. Sus trabajos, por supuesto en blanco y negro, derrochan vitalidad y parecen celebrar la alegría de vivir.
En definitiva, interesante exposición que nos devuelve a los orígenes del reporterismo gráfico desde la óptica de uno de sus precursores que luchó con su objetivo por mostrar al mundo una información libre, inteligente y comprometida con la ciudadanía y el servicio público, en una época en donde a opinar diferente no se le consideraba ser polémico sino contrario al régimen y por tanto, un blanco más a eliminar.
- Luís Ramón Marín. Fotografía 1908-1940
Del 22 de noviembre de 2007 al 21 de enero de 2008
Fundación Telefónica