Una estética sin artificios, inteligente y refinada que ha provocado un sinfín de adictos y forofos incondicionales, véase: Anna Wintour; no en vano, a algo se debe el título de una famosa película estrenada este invierno que estaba claramente basada en la todopoderosa Directora de Vogue USA. Desde que asumió las riendas de la empresa, Miuccia Prada ha logrado convertir lo que antaño fue un sencillo negocio familiar en todo un holding de lujo. Su peso en el mundo de la moda es tal, que Prada es considerada como barómetro imprescindible a la hora de determinar las tendencias de cada temporada.Su estilo, a medio camino entre la sofisticación y la austeridad, sus diseños claros y nítidos y ese afán constante de experimentar con las posibilidades de los tejidos, han hecho de Prada una referencia alternativa a las tendencias imperantes pero generadora de otras tantas. Su sentido crítico y su punto de vista intelectual y analítico, han hecho que muchas de sus frases sienten cátedra y sean tenidas en cuenta a la hora de analizar el presente, pasado y futuro de la moda.
Y si de tendencias hablamos, sólo hay que recordar lo que sorprendió a la prensa especializada el desfile para esta primavera-verano, looks imposibles y sorprendentes que lejos del desconcierto han conseguido colocarse como los ‘must have’ de la temporada: culottes, mini vestidos de seda, turbantes y flecos…Pero Prada no es sólo sorpresa y tendencia, Prada es todo un emporio que comprende un nutrido elenco de complementos y accesorios. Sus bolsos, todo un ejemplo de cómo la moda se ha de adaptar al día a día; su buen corte y la exquisitez de sus tejidos, hacen de las prendas de Prada todo un venerado objeto de adoración. In saecula saeculorum.
En DolceCity Madrid: PRADA
