1. Cafés y restaurantes. Porque me gusta jalar una barbaridad y en Dublín se descubren sitios muy agradables… no se come tan mal por aquí como dicen las malas lenguas.
2. Tiendas. Porque callejeando entre estas casas de techo bajo y aceras mojadas por la lluvia también hay sitio para la elegancia, las sorpresas y la calidad.
3. Todo lo demás. Porque era un poquito raro crear categorías exclusivas para “visitas recomendadas” o “cosas que tienen que ver con bicicletas”.

Desde arriba a la derecha, en el sentido de las agujas del reloj: plato exquisito del Yamamori, tostadas con mermelada casera de The Cake Café, burrito orgánico con patatas de Green Nineteen y lámparas de Cornucopia.
Ignoraremos en este post-celebration nuestras exploraciones de Parques, jardines y puentes de Dublín, puesto que ya tienen su espacio exclusivo y más que extenso en este espacio cibernético. Sin más dilación, empecemos a rajar:
1. Cafés y restaurantes: Para tomarse un café, nada mejor que la clásica Bewley´s, visita imprescindible para todo turista o habitante de la ciudad. Otras cafeterías recomendables son Candy Café (de las pocas que cierran más tarde de las siete), Avoca Café (imprescindible su porridge) o Lovinspoon (ésta con unos desayunos pantagruélicos). Para chocolates, tartas y bollos las tres mejores opciones de Dublín son The Cake Café, Queen of tarts y Butlers Chocolate Café. Subirás unos 120 kilos, el que avisa no es traidor.
A medio camino entre el breakfast y el lunch tenemos Lemon, Andersons Creperie y Keogh´s Café, donde te puedes poner hasta las botas de crepes, quitches y ensaladas. Pero si lo que buscas es una comida en condiciones, mi recomendación sólo puede ser una: el Yamamori (tanto el normal como el "noodles"). Más de un año en esta ciudad llevando a visitas y las visitas llevándome a mí me han hecho confirmar que ÉSTE ES EL MEJOR RESTAURANTE DE DUBLÍN. Precios asumibles y una calidad en los platos absolutamente amazing. Qué rico está todo, por Dios… y qué buenas viandas ponen…

Desde arriba a la derecha, en el sentido de las agujas del reloj: libros Penguin de The Winding Stairs, vista trasera de la estatua de James Joyce con el Spire frente a ella, cartel de los Docklands y peluches de Myfly.
Otras comidas recomendables son las de Green Nineteen (original y barato), Carluccio´s (italiano), Gruel (cocina de siempre con puntito fashion), Cornucopia (el vegetariano más chulo de la ciudad), Seven Stars (el mejor buffet de Dublín) o The Church (éste más para los turistas, por su decoración impresionante -¡es una iglesia reconvertida en pub!, how cool is that?-).
2. Tiendas: Estoy obligado a recomendar librerías en primer lugar, porque me encantan y porque en Dublín se nota que tienen pasión por los libros. En Chapters tienes gangas por uno o dos euros (me puedo tirar horas curioseando su planta de arriba, la de “bargains”), pero es en Hodges Figgis, The Gutter Bookshop y The Winding Stair donde encontrarás elegancia y catálogo.
Del resto de tiendas me quedo con Mayfly, Forbidden Planet y Urban Outfitters, donde encontrarás ropa vintage, cómics y goodies (muñequitos de iconos de la tele y el cine) y los regalos más locos i(ni)maginables.

Desde arriba a la derecha, en el sentido de las agujas del reloj: Póster publicitario típico de los autobuses de Dublín, el tranvía de la ciudad denominado Luas, graffiti en la pared de Rothar y bicicletas de Dublin Bikes aparcadas frente a un Spar.
3. Todo lo demás: En Dublín han incorporado la bici a su vida diaria, lo que puedes comprobar alquilando una de las que te ofrecen en Dublin Bikes o “reciclando” en Rothar alguna que veas tirada en la calle.
Y qué mejor que rematar este post-celebration con una recomendación de lugares y costumbres, un “allá donde fueres, haz lo que vieres” en toda regla con nuestras disecciones de los Docklands, los mercadillos de Temple Bar o de los diseñadores, las fiestas míticas de St. Patrick´s Day o el Bloomsday; y un sábado y un domingo de vacaciones en Dublín, esa ciudad que por pequeña que sea puede con estos 100 posts y con otros 100 más. Que vengan pronto.
P.D. Faltaba ponerle la guinda a la tarta... que curiosamente es un batido. Enjoy.