
Dublín no podría funcionar sin café. Si Grafton Street y O´Connell son los motores que ponen la ciudad en marcha, el café es la gasolina que los riega. Hay cientos de cafeterías, estilosas o funcionales, concurridas o reservadas, para tomar o para llevar (era una ciudad plagada de Starbucks mucho antes de que la gran cadena americana decidiera instalarse también aquí). Busy Bean Café es un sitio más donde tomarse un buen café, leerse la sección de deportes del Irish Times y escuchar las últimas rajadas del dublinés medio sobre sus políticos (que son tan lamentables como los de cualquier otro país).

Esto de tomar café para intercambiar información de algún tipo se puso de moda en el siglo XVII, concretamente en 1650, cuando empezó a funcionar la cafetería The Angel en Oxford. Locales parecidos se multiplicaron como setas en Londres, París y Viena. Dicen las bibliotecas de Dublín que a la capital de Irlanda no llegaron estos negocios hasta finales de siglo XVII, casi principios del XVIII, cuando un vendedor de libros llamado Richard Prue fundó la cafetería Dick´s.

Poco sabía Richard, nuestro Dick, que aquello fue el pistoletazo de salida para cientos de coffee houses que inundarían Dublín desde entonces. Cadenas como Insomnia Café, Costa Café y Café Sol o locales con más tradición como Bewley´s conviven con pequeños locales como éste Busy Bean Café, que vale tanto para un roto como para un descosido, ofreciendo también sopas, sándwiches y cobijo a todo el que pase por su puesta. Asómate, te quedarás.
En DolceCity Dublin: Busy Bean Café





